¿Por qué nos importan las elecciones?
La democracia requiere más que elecciones, pero un país no puede considerase una democracia si no lleva a cabo elecciones auténticas. Estas son la base de la legitimidad democrática. Las elecciones les brindan a los ciudadanos el medio para hacer que sus líderes se responsabilicen por sus actos al sacar de sus puestos mediante el voto a los funcionarios actualmente en funciones o al prometer hacer que los líderes que son exitosamente elegidos rindan cuentas. Son un mecanismo para resolver la transferencia del poder político de manera pacífica. Las elecciones son también esenciales para hacer que la democracia brinde una mejor calidad de vida al vincular los intereses de los votantes con los de los gobernantes y permitir a los ciudadanos elegir a representantes que reflejen su voluntad. Las elecciones auténticas contribuyen a las metas de desarrollo a largo plazo, al sentar las bases para una gobernabilidad con capacidad de respuesta.
"Cuando el electorado cree que las elecciones fueron libres y justas, estas pueden actuar como potentes catalizadores para mejorar la gobernabilidad e incrementar la seguridad y el desarrollo humano. Sin embargo, cuando las elecciones carecen de credibilidad, los ciudadanos no disponen de recursos que permitan un cambio político pacífico".
Kofi Annan
Profundizando la democracia: Una estrategia para mejorar la integridad electoral en el mundo,
un informe de la Comisión Global sobre Elecciones, Democracia y Seguridad.
Los ciudadanos tienen un derecho fundamental de participar en el gobierno y dirigir los asuntos públicos de su país. Tienen el derecho de votar y ser elegidos en elecciones periódicas, sin discriminación. La voluntad del pueblo, expresada a través de las urnas, es la base de la autoridad del gobierno democrático. Estos conceptos están consagrados en el Artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (la Declaración Universal), el Artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR, por sus siglas en inglés) y otros instrumentos internacionales de derechos humanos. Son la base del principio de que las elecciones son del pueblo y son característica clave de toda democracia auténtica.